La sociedad de la Edad del Hierro dejó muchos vestigios que en Galicia calaron profundamente. Arte, leyendas paisajes… y también gastronomía. En Vimianzo, igual que en el resto de la Costa da Morte, su presencia de hace patente en los castros y yacimientos arqueológicos que encontramos a cada paso.
La cocina de Vimianzo recupera ahora el sabor de los castros que se pueden rastrear en la zona: el de As Barreiras, los ya desaparecidos en Castrobuxán, el de Trasouteiro o el que se dibujaba en el cerro donde se encuentra el Castillo... Lo hace a través de platos que marcan la idiosincrasia de la zona como son los guisos, potajes, y como no, pescados y mariscos de alta calidad de los puertos más cercanos, como los de Laxe y Camariñas.
A pesar de lo que se tiene en mente, en la época castreña, ni en Vimianzo ni en ningún otro lugar de la zona, se alimentaban a base de carne. La sociedad de la Edad del Hierro era agrícola, y los pilares de su alimentación eran los vegetales, las leguminosas y los cereales. Con estos productos preparaban sobre todo lo que conocemos hoy en día como “platos de cuchara”: guisos, potajes, papas, sopas… que complementaban con proteínas animales, con un concepto parecido a lo que hoy conocemos como cocidos o potajes. En el caso de Vimianzo, por su proximidad a la costa, las verduras y cereales se acompañaban de moluscos y pescado, además de carnes y lácteos.
El mar y sus productos van a tener una gran importancia en la gastronomía de la época castreña, llegando incluso a importarlos al interior.